La audacia y habilidad de Gemma Barker, la llevó a engañar a sus propias amigas,
disfrazada de hombre, para consumar encuentros sexuales con ellas.
Gemma Barker, de 19 años, parecía una simple adolescente promedio: tiene amores platónicos con cantantes de moda, le encanta ver la televisión, y quiere convertirse en actriz. Sin embargo, además de sus estereotípico perfil, también gustaba de jugar una doble, o triple, vida. Sintiéndose sexualmente atraída por un par de amigas, más jóvenes que ella, y ante la vergüenza que le provocaba el explicitar esta atracción lésbica por ellas, decidió recurrir al arte del disfraz.
Construyó tres identidades falsas de chicos, con sus propios perfiles en redes sociales y demás, y habilmente los personificaba para engañar a sus amigas y poder tener encuentros sexuales con ellas. Lo curioso es que la habilidad de Gemma era tal, que sus amigas no lograban reconocerla, a pesar de haber asistido juntas a la escuela.
Pero el talento simulador y la sofisticada manipulación de esta británica terminaría por ser descubierta luego de sus amigas comenzarán a sospechar que los chicos con los que salían eran en realidad el mismo. Eventualmente descubrieron que no solo era el mismo chico sino que en realidad se trataba de su amiga cercana disfrazada de hombre. Ahora Gemma enfrenta cargos por asalto sexual y fraude de personalidad, aunque probablemente alguna agencia de espionaje estará interesada en rescatarla de la justicia para enrolarla en sus filas.
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